miércoles, 10 de septiembre de 2008

Fantasmas en el subte

La línea A del subte, que viaja de Plaza de Mayo a Primera Junta, es de otro tiempo. Butacas de madera, lamparas que en el transcurso del viaje se prenden y apagan y el sonido de las rieles de fondo dan la sensación de que ahí el tiempo no corre como en las calles.
Junto con la luz amarilla de los focos se rumorea un mito.
Un antiguo operario de la estación Sáenz Peña fue a los sanitarios en horas de servicio y encontró en ellos a un hombre degollado sobre un charco de sangre. Con la inmediatez de la conmoción el empleado dio el alerta al personal de seguridad de la estación, y sin sobresaltos, encontraron el sitio en sus condiciones normales y sin rastro de violencia. Al operador, lo empezaron a tildar de loco.
Al día siguiente, lo mismo, pero el testigo esta vez era otro empleado. Con el tiempo el rumor se hizo mito y muchos trabajadores afirmaron haber visto al degollado de esa estación. El baño fue clausurado, no por ningún motivo en especial, sino que faltando dos horas para la media noche, los jueves, el baño se empezó a inundar. Una falla en la cañería o el degollado que aún no se va.

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