lunes, 6 de octubre de 2008

Dos colegios, un túnel, una muerte y una leyenda

La intriga está de pie en Buenos Aires, más precisamente en Pilar. Allí hay dos colegios religiosos muy antiguos, uno frente al otro separados por la Panamericana: el Instituto Verbo Divino y el Instituto Madre del Divino Pastor. Aunque la separación de ambos es solo superficial ya que están unidos por un túnel subterráneo.
Detrás de una pesada alacena verde de la cocina del Verbo Divino está la puerta que da ingreso a uno de los extremos del túnel, pero nadie debería saberlo. Los estudiantes indagaban constantemente pero las curas y las monjas negaban su existencia. La teoría más fuerte recita que en ese pasillo oscuro y frío se encerraba a los alumnos merecedores de castigos. Se los dejaba allí durante tres días privados de luz, de agua, de comida y de baños. Durante las primeras horas los chicos trataban de encontrar una salida, pero el cansancio los vencía y el esfuerzo siempre era en vano.
Una tarde de 1984, el castigo se les fue de las manos a las autoridades del Verbo Divino. Lisandro Zangone, un alumno de tercer año fue encerrado por hacer rimas obscenas durante la clase de religión dictada en la parroquia del Instituto. Lo encerraron en el túnel por tres días y, cuando volvieron a buscarlo, no encontraron más que su cadáver recostado boca abajo con su cara de un color violáceo azulino y con las manos lastimadas por la madera que se astilló bajo sus uñas mientras rasguñaba la puerta en un intento por salir. “Muerte súbita, un infarto luego de la hora de gimnasia”, fueron las excusas que escucharon padres y compañeros.
Dicen que, desde entonces, se escuchan golpes provenientes de abajo que fueron atribuidos al supuesto fantasma de Lisandro que continúa encerrado tratando de salir. Parece ser que ese fue el motivo del cierre del túnel y con él, el fin de los castigos. Pero hace no muchos años, dos alumnos intrigados por la leyenda se escabulleron en el recreo, ingresaron a la cocina, corrieron la pesada alacena verde y encontraron una puerta de un metro por un metro con dos candados. Intentaron romper las trabas pero no pudieron y además quedaron estupefactos cuando escucharon que del otro lado alguien, o tal vez algo, comenzó a golpear la puertita.
Enseguida aparecieron los padres Luis y Alfio que echaron a los jóvenes de la cocina y los amonestaron. A la semana siguiente los dos curas fueron excluidos de la Institución y reemplazados por dos nuevos.
Hoy la cocina permanece cerrada con llave, la puerta del túnel fue tapada con cemento pero, aún así, se escuchan los golpes del otro lado como si el espíritu de Lisandro continuara tratando de salir.

5 comentarios:

Leonardo Ferri dijo...

Lisandro es un gran nombre para un fantasma.-

Anónimo dijo...

lo del tunel del verbo es pura mentira en la cosina no se encuentra ninguna alacena verde . es solo un cuento para asusatr las personas.

Unknown dijo...

yo digo que si es cierto algunos no encuentran nada por que lo quitaron

Unknown dijo...

No boludo que turbio jajaja ya ni gana de ir al colegio el martes

Anónimo dijo...

no voy más al cole lpm